Una vez que ya conocían la poesía, teníamos elaborada la muñeca de Doña Sara con todos sus complementos para que al mismo tiempo que la recitábamos la íbamos montando.
Para ello en primer lugar empezamos con la cara.
Después de montar la cara le pusimos el nombre de la poesía para que vieran como se escribe.
Hecho esto hicimos lo mismo pero esta vez con el cuerpo, es decir, al mismo tiempo que recitábamos la poesía la íbamos montando.
Completada la muñeca y una vez que ya se sabían la poesía, la transformamos en canción, la acompañamos con palmas, chasquidos de dedos, al ritmo del pandero, del triangulo, la recitamos con distintos tonos de intensidad como triste, alegre, enfadado, contento, muy fuerte, muy flojito, inventamos una historias sobre ella, etc.
También sacamos el campo semántico donde aprovechamos para repasar todas las partes del cuerpo incluso las que no se ven.
Una vez repasadas todas las partes del cuerpo cada uno de los niños fueron saliendo a decir “ Me llamo “Sara” y soy un niño/a como… porque tengo vulva/pene.
Finalmente les dimos a los niños un folio en blanco para que dibujaran a Doña Sara y estos fueron algunos de los resultados.
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